Al límite de mi resistencia
Me tengo que dar una tregua porque mi ánimo se está resintiendo. No dejan de salir las noticias sobre los ajustes, recortes y reducciones que los gobiernos están haciendo en todo el mundo para calmar a los mercados. Gobierno que entra gobierno que recorta hasta los pelos de las cejas aunque, curiosamente, en sus respectivas campañas electorales no avisaron de lo que harían nada más entrar al poder. La prueba la tenemos en Cataluña con la derecha catalana, recortes hasta en sanidad y servicios públicos, todo para “contentar” a esos mercados que como aves de rapiña siguen insatisfechos con sus ganancias, ¡quieren más! También en Castilla La Mancha ocurre lo mismo, reducciones de gastos sociales salpicadas con aumentos salariales para consejeros públicos, ¡quién lo entiende! En Madrid subida del metro un 50% para el billete sencillo con el curioso argumento de que así se hace justicia a los que compran los bonos de viaje y se incentiva el transporte público.
Yo creo que nos toman por tontos y debemos serlo, porque estas mismas estupideces las comentamos en los bares como si de la Biblia se tratara. Pero ¡vamos a ver!, ¿no sería más fácil y más justo fomentar el transporte público bajando los precios de los abonos de transporte? Si el abono transporte no supone ventaja, bajémosle de precio, ¿no?, ¿Qué ventaja tengo porque al viajero ocasional le suban un 50% su billete?, ¡NINGUNA!, pues ¡tócate las narices!, con ese falaz argumento estamos y nosotros como borregos lo repetimos y lo justificamos, claro, si lo dice la Espe, pobre de pedir donde las haya entonces será cierto.
El otro día leía que el amigo González Pons decía que o cambiaba el gobierno urgentemente para acometer las reformas que el PP considera vitales o estas deberían ser más sangrantes, al más puro estilo Italiano y ¿qué ha pasado en Italia?, el copago sanitario, que yo llamaría “repago” sanitario porque pagamos dos veces por lo mismo. El PP ya ha soltado en varias ocasiones la liebre, como dejándolo caer, y no será tan difícil ponerlo en marcha, basta con argumentar, como están haciendo ahora, que por culpa de la criminal gestión del PSOE no tienen más remedio que hacer esos ajustes, nosotros, ciudadanos adormecidos e idiotizados por unos medios de desinformación vendidos, compraremos incluso la vaselina para que nos la sigan metiendo hasta el fondo.
¡Dios mío!, la que nos espera cuando llegue el PP y encima la mitad de este país todavía se cree el cuento que con el PP nos irá mejor. ¿Se puede ser tan estúpido?, ¡se puede!
Y ¡qué me dicen de la prima que nos ha salido a todos los pobres ciudadanos del mundo!, sí, me refiero a la prima de riesgo, esa que cuantos más recortes se hacen, cuantos más derechos se quitan, cuantas más privatizaciones se consiguen, más sube y más nos da con el palo en la cabeza.
Que ¿para qué sirve la prima de los cojones?, para encarecer los préstamos que el Estado pide, cuánto más caro más difícil es devolverlo y cuanto más difícil, más prestamos se piden para pagar las deudas anteriores, y como quien entra en un bucle, los Estados se enmarañan en la deuda hasta que se sobrepasan los límites y entramos en la amenaza de la suspensión de pagos, es decir, que la Empresa que le ha hecho alguna obrilla al ayuntamiento o al ministerio de fomento no cobra, esta a su vez no paga las nóminas y despide y estos, los obreros, no gastan porque no cobran, con lo que la economía comienza a hundirse. El Estado tiene que pagarles el paro por un tiempo, una miseria a costa de las inexistentes arcas públicas y vuelve la pescadilla que se muerde la cola, el Estado pide dinero a un altísimo interés para poder pagar a los parados y como nuestra deuda es de alto riesgo, en comparación con la alemana, dechado de deuda ejemplar, nos dan, pero bien, cobrando unos intereses al doble que a los buenecitos y productivos alemanes.
Ayer leía sobre la últimamente famosa deuda americana, eso de “subir el techo de la deuda”, como quien tiene un loft y considera que el techo está bajo y debe subirlo para que los muebles entren mejor. Confieso que no me enteré de casi nada, sobre todo porque el artículo comenzaba explicando que la de la deuda era una miserable mentira de los mercados para justificar el seguir sacando tajada del momento de crisis actual. La premisa de estos prestamistas es “cuanto más dure la crisis, más ganamos” y aquí importa muy poco si esto supone que millones se mueran de hambre y otros de asco.
Lo dicho, que no puedo más, al menos por un tiempo me voy a dar una tregua en este tipo de informaciones porque voy a terminar de los nervios o en un estado de depresión del carajo y para depresión ya tenemos la económica y esa sí que es jodidamente perversa.
En fin, a votar al PP como salvador patrio y a comprar vaselina en grandes cantidades porque se nos va a poner el culo colorao con lo que nos van a meter… y todavía algún ignorante dirá que le gusta. Si es que hay gente ‘pa tó’, gente que todavía sigue llamando “crisis” a lo que está siendo una “estafa a escala planetaria”, ¿cómo no voy a estar indignado?
No hubiera podido explicar mejor el sentimiento de impotencia y estafa que se impone ante esta situación. Y luego nos quieren hacer creer que los motivos y las reivindicaciones de la indignación resultan difusos e imprecisos. ¡Ya ves!
Me gustaMe gusta
¿Difusos?, ni borracho como una cuba los motivos en esta «estafa» que nos ocupa pueden ser difusos. En fin…
Me gustaMe gusta
Pues, a pesar del panorama que se nos presenta, yo soy optimista. Moderadamente optimista, por supuesto, pero lo suficientmente optimista como para seguir en la lucha. Es cierto que nos llaman idiota a la cara y recortan prestaciones públicas mientras que con la otra mano se suben el sueldo (o peor, ponen el cazo). La diferencia es que cada vez nos damos más cuenta de que nos están meando encima. Hay más gente indignada. Como tú, como yo. Cada vez somos más. Sólo hay que conseguir suficiente masa crítica…
Ahora que, estoy contigo en que los que nos encontramos un poco más comprometidos tenemos tal sobresaturación de motivos por los que indignarnos que lo mismo nos da algo…
Te doy dos semanas de vacaciones, y a la vuelta, con más fuerza, a indignarse toca…
Me gustaMe gusta
Ya sé que eres un optimista de sangre así que intentaré dejarme contagiar por tu positivismo y pensaremos que algún día saldremos de este lúgubre túnel en el que nos encontramos.
Me cojo solo dos semanitas, a la vuelta seguramente volveré más INDIGNADO.
Me gustaMe gusta
Yo también soy optimista. Creo que somos mayoría los que no aceptamos lo de la prima de riesgo y lo de bajar los sueldos solo a los curritos mientras los políticos y los banqueros siguen aumentando sus ingresos a costa de las hipotecas que, ya sabíamos todos, que no se iban a poder pagar (mención aparte merecen los paraísos fiscales y demás), pero también es cierto que en Europa cada vez se vota más a la derecha (“fíjate tú”, yo creo que tanta derecha en Europa es lo que nos ha llevado a donde estamos), así que creo que esto va para largo. Eso sí, creo que el movimiento de los indignados ya no tiene vuelta atrás. Creo que esto va a ir lento pero seguro.
O al menos, eso es lo que yo quiero.
p.d. lo de muere lentamente no es de Neruda, es de Martha Medeiros
p
Me gustaMe gusta
Da gusto encontrar gente optimista, por ahí se empieza. Gracias por lo de Martha Medeiros, ya lo aclaré en el post.
Saludos,
Me gustaMe gusta